Rafik Schami: “Viaje entre la Noche y la Mañana”

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“–¿Qué hora es? – pregunto Valentín.

–No me estropees la belleza de esta hora con el reloj –respondió Nabil–, es la más hermosa de la vida, por eso la mayoría de los hombres mueren en ella. Es la hora en que la noche se dispone a partir y la mañana no ha llegado aún del todo. Antaño llamaban a esta hora amanoche...”

La originalidad de una matrioska, de una muñeca rusa, estriba en que encontrándose hueca por dentro, alberga una nueva muñeca, y ésta a su vez a otra, en un número indeterminado que no llega a conocerse hasta que no se llega a la última, la más pequeña. Cada nueva muñeca, –aún siendo todas similares entre sí–, contiene ciertos rasgos que la hacen diferenciarse de las demás.

“Viaje entre la Noche y la Mañana”, es una matrioska, en cuyo interior se suceden una tras otra, historias cuyo hilo conductor es el viaje, geográfico pero también interior, de Valentín y el Circo Samani.

A través de este viaje, el autor nos irá descubriendo el “alma” de los principales personajes de la novela, y lo hará siempre en ese momento mágico que permite a los protagonistas contar, de manera sincera, la historia de su vida.

Cargada de hermosas frases, hay una que describe acertadamente la tragedia actual de nuestras relaciones sociales, tecnológicas:

…“Colgó. Luego se quedó inmóvil y maldijo al teléfono, que sin duda a uno le permite conocer las penas del otro, pero no estrechar su mano”…

Hay que llegar hasta el final y descubrir la última y más pequeña matrioska. Que contiene, es otra historia.